La magia de los dibujos animados acompaña el propósito del Museo de la Palabra y la Imagen, de difundir la vida y obra de Prudencia Ayala en su lucha por los derechos femeninos. En la creación de este cortometraje animado llamado «Prudencia Ayala Presidenta», producido por el MUPI, estuvo involucrado el equipo dirigido por Carlos Henríquez Consalvi, la animación a cargo de Ricardo Barahona y Pablo Zoldaña, Ana Elizabeth Gutiérrez en postproducción, Marvin Ascensio en diseño de fondos, Camilo Henríquez desarrolló sonido y mezcla, mientras que subtitulados en inglés lo hizo la joven Maya Lovo.
Posteriormente, jóvenes de la Red de DDHH, realizarán cine foros en centros culturales y educativos, fortaleciendo los esfuerzos que desde hace varios años impulsa el MUPI para terminar con el olvido y la estigmatización, en el que la historia oficial trató de mantener a Prudencia Ayala.
Este singular personaje nace el 28 de abril de 1885 en Sonzacate, departamento de Sonsonate. Muy joven muestra inclinación hacia sus pasiones: la escritura testimonial, el arte de adivinar el futuro y su lucha por los derechos de la mujer. Desde 1913 comienza a publicar su pensamiento unionista centroamericano y sus planteamientos feministas. Posteriormente Prudencia Ayala marcha a Guatemala, donde es encarcelada, acusada de conspirar contra el dictador Estrada Cabrera. Sobre esta experiencia publica “Escible. Aventuras de un viaje a Guatemala”. En 1925 aparece su libro “Inmortal, Amores de Loca”, y en 1928, “Payaso Literario en Combate”. Fue fundadora y redactora del periódico “Redención Femenina”.
En los comicios de 1930 se lanza como candidata a la Presidencia de la República, su plataforma apoyaba básicamente los derechos de la mujer, el apoyo a los sindicatos, la honradez en la administración pública, el respeto a la libertad de cultos y el reconocimiento de los llamados hijos ilegítimos.
Prudencia Ayala estaba consciente de que su candidatura era legalmente imposible en aquellos tiempos, pero su gesto representó un precedente histórico que abrió el camino hacia la conquista de los derechos de la mujer. Seis años después de esta gesta, un once de julio de 1936, muere en San Salvador.