Un niño misterioso sentado entre las raíces de los árboles sin hojas toca una flauta entre colores blanco y negro, unas musas navegan en el fondo del agua y juegan con los peces sube a ellos entre musgos y flores o medusas acuarelas en total libertad, y el viaje colorido variado entre niños y niñas hombres ancianos y mujeres, sembrando plantas, bailando el torito pinto, pescando en el rio limpio, el barro y los árboles de maquilishuat, una ramada donde preparan pupusas, animales, pies descalzos, cabellos trenzados.
Son algunos detalles en las pinturas de Olga, Maya y Aida Salarrué, parte de la colección del Legado Salarrué que el Museo de la Palabra y la Imagen, ha compartido un mes para ser parte de “Urdir la trama rota: Tejiendo un siglo de mujeres en la cultura visual de El Salvador, 1921-2021”, en el Centro Cultural de España en San Salvador (CCESV), bajo la curaduría de la historiadora Elena Salamanca, abierta desde el 22 de marzo permanecerá hasta el 30 de abril de 2021.
Las pinturas de las hijas de Salarrué, que el MUPI comparte para la exposición, ocupan e integran un espacio en las paredes, entre una multitud de mujeres, imaginando en el tiempo, las hermanas vuelven a juntarse. Salieron de su casa guardiana, el archivo del Museo de la Palabra y la Imagen (MUPI), y se fueron a otra por un mes, mientras salen a la vista con otras pinturas, con otras historias, colores y miradas, en una exposición colectiva que atraviesa los hilos de la historia y el tiempo.
En un recorrido diverso y memorial, la historiadora y curadora de “Urdir la trama rota”, presenta esta valiosa exposición por tiempo breve, en medio de la pandemia, un trabajo esmerado y luminoso dedicado a conocer otros pasos de la mujer en las artes que irrumpen con su propuesta artística, muchas veces desconocida.
En una sección de la exposición, se muestran trece pinturas de las hermanas Salarrué Colección MUPI. También se expone cercana a ellas una pintura de su madre, Zelié Lardé, pero es colección de otro museo. Las hijas del escritor y pintor salvadoreño Salvador Salazar Arrué “Salarrué”, son Olga Salazar Lardé (1923-2001), María Teresa “Maya” Salazar Lardé (1924-1995), y Aida Salazar Lardé (1926-1996), desde muy pequeñas eran dibujantes, pintoras, cultoras de las artes. A las obras rara vez le ponían nombre. Se exponen aquí en tinta china sobre papel “Sound of Silence” de Olga, diez pinturas naif o primitivas de Maya, y dos acuarelas de Aida.
Revisando en los archivos del MUPI, las hermanas realizaron su primera exposición en octubre de 1942, en la Rotonda del parque Cuscatlán de San Salvador, parque que se había creado en 1939. El 12 de marzo de 1946, realizaron una exposición en la segunda planta del Club Internacional, en el centro de San Salvador. Del 9 al 30 de marzo de 1951, en espacios como el United States National Museum y en la Smithsonian Institution, cuadros de ellas, de su padre, entre otros pintores fueron expuestos durante una muestra salvadoreña, en ese tiempo Salarrué fue agregado cultural de El Salvador en Nueva York, trabajo que realizó de 1946 a 1958 y después regresó al país. Luego, las hermanas se casaron, se fueron, una a México, y otra viviendo en Nueva Jersey. Solo Maya estaba en El Salvador, pero nunca dejaron las artes.
Ahora, después de mucho tiempo por vez primera, vuelven a estar juntas, atraviesan fronteras en una cápsula del tiempo, vuelven a la vida, viven en su obra. Existen. Y están juntas, madre e hijas, gracias a la pintura. El MUPI resguarda el legado Salarrué desde 2003, donado por el pintor Ricardo Humano, y desde 2016 el legado es patrimonio Memoria del Mundo UNESCO.
En “Urdir la trama rota”, también hay otras dos pinturas y un bordado de la colección MUPI que se están exhibiendo, son “Las Patronas” de Catalina Del Cid, “Prudencia Ayala Vive” de Mayra Barraza, y un bordado de mujeres bordadoras de memoria histórica en los refugios de Honduras durante la guerra civil.
Con este aporte, el MUPI, continúa sus actividades para celebrar su 25 aniversario en el ámbito de cultura y memoria histórica. Todas las participantes en esta muestra, son parte de la historia de las mujeres en las artes, desafiando dimensiones, entrando y abriendo nuevas puertas.
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Texto: Tania Primavera. Fotos: Carlos Henríquez Consalvi.