Del Archivo: Artista Ángela García Peña acosada por apoyar la candidatura presidencial de José Arturo Castellanos, 1938

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A su regreso de Alemania, donde permaneció desde 1928 hasta 1938, la artista salvadoreña Ángela García Peña fue objeto de malos tratos por parte de la policía judicial, a raíz del apoyo al Cónsul de El Salvador en Hamburgo, coronel José Arturo Castellanos, aspirante a ocupar la primera magistratura del país.

El gobierno del General Hernández Martínez le negó a la artista el uso del Teatro Nacional para que pudiera dar sus conciertos de piano, por lo que tuvo que buscar otros espacios culturales. Anteriormente la artista había recorrido con éxito los principales teatros de Alemania, Bélgica, Holanda, Suiza, Italia, Francia, Checoslovaquia y Polonia.

Con motivo de la vigilancia y acoso por parte de las autoridades, la pianista Ángela García Peña decide abandonar El Salvador, para lo cual escribió esta carta al General Hernández Martínez, la cual conserva el Museo de la Palabra y la Imagen, perteneciente a la colección Quino Caso.

San Salvador, 6 de octubre de 1938.

Señor presidente de la República,

General Maximiliano Hernández Martínez,

Casa Presidencial.

Señor presidente:


Cuando pensé regresar al país, después de once años de ausencia, creí que podía estar aquí al lado de mi familia y mis numerosos amigos. Desgraciadamente, desde mi llegada al Puerto de La Unión fui vigilada por agentes de la Policía Judicial, que, por cierto, no desempeñaron un papel muy honroso como representantes de las autoridades salvadoreñas.

Al desembarcar en La Libertad, se me sometió a un registro inhumano que lastimó profundamente mi decoro. Y como si esto fuera poco, por distintos medios se me ha hecho saber que toda mi correspondencia ha sido fotografiada, que seré expulsada del país y seré objeto de toda clase de apremios por el hecho de ser partidaria del coronel J. Arturo Castellanos, quien con legítimo derecho pretende llegar a la primera magistratura de la nación.

Me duele muchísimo que entre nosotros se piense así. En ningún país del mundo se persigue a los individuos por lo que piensen, sobre todo en los países democráticos como el nuestro, cuyas leyes garantizan esa libertad. Y como en verdad soy partidaria del coronel J. Arturo Castellanos, pues lo considero digno de ocupar el elevado cargo que usted ocupa y no pudiendo sujetar mi conciencia a lo que otros me dictan, creo que lo mejor que puedo hacer es abandonar la patria. Por esto suplico a usted muy atentamente, se digne ordenar a quien corresponde, me extienda el pasaporte correspondiente por lo que le anticipo mis agradecimientos.

De usted muy respetuosamente,

(F)  Ángela García Peña