Cuando recorremos la ciudad de Bogotá, -horas antes de un histórico proceso electoral- nos sorprende encontrar una ciudad limpia de afiches y pintas de propaganda que promocionen a los candidatos presidenciales, como es usual en muchos de nuestros países.
Lo cierto es que el país se encuentra en una máxima polarización de la cual nos damos cuenta a través de las conversaciones, primero con un taxista que me esperó a las dos de la madrugada en el aeropuerto El Dorado, y posteriormente con una humilde vendedora de empanadas colombianas.
Cuando le pregunté al taxista sobre el ambiente electoral me dijo que estaba muy tenso, sobre todo porque Gustavo Petro el exguerrillero, candidato que según las encuestas se perfila como ganador, había anunciado un posible golpe de estado.
¾¾No sé de dónde se sacó esa noticia -me dice el taxista, con mascarilla puesta, en una ciudad donde ya nadie la usa, excepto en el transporte público-
¾¾No me gusta Gustavo Petro, porque eliminó las corridas de toros cuándo fue alcalde de Bogotá. Decía que los toros sufrían ensangrentados, ¿pero acaso el no vio sangre cuando era guerrillero del M-19?
Por su parte señora vendedora de empanadas, me dijo:
¾¾Esta es la hora de la esperanza, Colombia ha sufrido mucha violencia desde que mataron a Gaitán en 1948…. hemos estado por años gobernados por el cogollo de los oligarcas. Pero mire, como dice ese letrero en el museo… No hay tiniebla que la luz no venza…
En la plaza Bolívar la polarización se expresa por parte de grupos conservadores del Opus Dei: frente a Catedral unas ochenta personas, en cuatro filas, en orden casi militar, escuchan a un sacerdote que en voz alta grita,
¾¾Con Dios todo, sin Dios nada.
Portan la actual bandera de España, pero también la antigua bandera, la Cruz de Borgoña, que utilizó el imperio español en sus andanzas de conquista,
Nos acercamos a uno de los abanderados para preguntarle porque hacían esta manifestación un día antes de las elecciones.
¾¾Estamos defendiendo los valores que nos legó la madre patria, confiando en Cristo Rey.
El grupo posa para una foto, al tiempo que un abanderado grita.
¾¾Con Dios nadie, con Dios todo…
Ante Catedral, una solitaria pareja porta un letrero contra el socialismo, evidente llamado a no votar por el candidato de izquierda.
¾¾Esos dos son pagados por el “paraco” Álvaro Uribe (aludiendo al político conservador que ha manejado los hilos del poder en las últimas décadas)
Este es el ambiente en una plaza multicolor. Bajo una leve llovizna y 13 grados de temperatura se pasean los enamorados, dos alpacas se aburren sin que ningún niño se suba a tomarse fotos, venezolanos venden arepas o tocan joropos, un anciano disfrazado de Chapatín baila cumbias esperando que unos pesos caigan en su roído sombrero, mientras que un fuerte dispositivo de seguridad custodia el palacio presidencial y el congreso. Todo, a pocas horas de unas elecciones históricas, que podrían cambiar los destinos de Colombia.
Bogotá, 28 de mayo 2022
Enlace de esta nota publicada en Diario Digital CONTRAPUNTO: https://www.contrapunto.com.sv/cronicas-colombianas-las-elecciones-del-siglo-i/?fbclid=IwAR0OLLeuqdcoO3yWOwpD_2q-iT2QLHM1PUo-hdYamZCQX5SIDMiw7P7VfKw