San Salvador, septiembre de 2024. Desde 1996 el Museo de la Palabra y la Imagen inició su trabajo por el rescate, conservación, difusión de la historia de los pueblos originarios en El Salvador. Acercándose a las zonas rurales que habitan, investigando a través de la compilación de la memoria oral de mujeres y hombres. Conversando sobre todo personas adultas mayores que pudieran recordar historias, mitos, leyendas, o sucesos históricos muchas veces olvidados u ocultos, invisibilizados por la historia oficial.
Conmemoraciones en El Llanito. Cada año, desde sus inicios el MUPI acompaña en las actividades y conmemoraciones de los sucesos de 1932, en Izalco, a Juliana Ama, mujer líder de esa comunidad y nieta de Feliciano Ama, quien fue capturado y eliminado por las tropas del estado en 1932. En el memorial, se encuentra una placa que incluye el nombre del museo.
El museo, muestra en su sede la exposición principal dedicada a los pueblos indígenas llamada “1932”, con vitrinas, instalaciones, obras de arte, y una cabeza de jaguar, un petrograbado donado por la sociedad civil, procedente del occidente de Ahuachapán.
Es así, como se realiza la primera investigación, y la produce durante años, concluyendo a finales de los años noventa con el documental “1932, cicatriz de la memoria” (57 minutos). Presentado en 2001, dirigido por Carlos Henríquez Consalvi y el historiador Jeffrey Gould, el cual ha sido proyectado a las comunidades, estudiantes, investigadores y público interesado, hasta en televisión nacional, y el cual continúa siendo una herramienta audiovisual permanente.
En 2005, acompaña la investigación del “Informe Sombra”, elaborado por representantes de migrantes nicaragüenses e indígenas salvadoreños al segundo informe periódico presentado por el gobierno de la República de El Salvador ante el Comité Internacional para la Eliminación de la Discriminación Racial – CERD – de Naciones Unidas.
En 2005, Inicia la edición de la publicación de la Revista Trasmallo. Herramienta de comunicación del MUPI para divulgar cultura, memoria e identidad basándose en las colecciones del archivo histórico o actividades que realiza. La edición dos “Memoria de Los Izalcos” y la edición tres “1932” de la Revista Trasmallo, publicadas entre 2006 y 2008 respectivamente, son de temáticas que visibilizan a las comunidades indígenas. La primera, Memoria de Los Izalcos, con artículos del etnógrafo sueco Carl Vilhelm Harman quien realizó un importante y único registro como nadie, de las regiones que él llamo “Los aztecas de El Salvador” en la llamada zona de Los Izalcos, con su cámara fotográfica y cuaderno, anotó memoria oral, costumbres, vida, cultura, otros, dejando un valioso legado para El Salvador, el MUPI gestiono con el Museo de Etnografía de Estocolmo, Suecia, copias digitales de este archivo. Acompaña esta revista, artículos de investigaciones propias. La edición en la revista de “1932”, coloca en papel, los sucesos de la masacre o más bien el llamado etnocidio más grande en la historia latinoamericana del siglo XX, donde miles de campesinos se tomaron los pueblos para exigir su derecho a dignificar su vida de trabajo en las fincas cafetaleras, siendo estos masacrados por las tropas del Estado. Fotografías perdidas en el tiempo, que causaron conmoción, fueron colocadas en el documental, pero también en esta publicación, con impactantes escenas del violento suceso.
En 2008, el Museo publicó el libro de Jeffrey L. Gould y Aldo Lauria-Santiago, “1932, Rebelión en la oscuridad”. Una acuciosa investigación que lanza luces sobre la insurrección indígena de 1932, aportando importantes y novedosas claves para comprender la historia contemporánea de El Salvador.
En 2008, el museo publicó el “Juego didáctico Los Izalcos”. Una manera de aprender jugando sobre nuestra cultura ancestral indígena. Contiene 100 tarjetas con dibujos; y 25 fotos captadas por Carl V. Hartman a finales del siglo XIX, todas con preguntas trivia. Un Tablero ilustrado con escenas de la vida cotidiana. Manual e instructivo. Bolsita matata con el tesoro: maíz y cacao. Contiene dentro, cuatro mini-petates donde se pone el tesoro. Este juego ganó ese año el premio Ford por el rescate de la Herencia Cultural.
Ha visibilizado la historia de Prudencia Ayala, publicando la historieta “Prudencia Ayala presidenta”, realizando exposiciones, talleres de bordado con jóvenes y adultos. Publicó junto a Ediciones Amate Vos en 2023 el libro “Escible”, el cual fue publicado por la autora en 1919, en esta ocasión el texto original es acompañado por cuatro ensayos académicos. Prudencia Ayala se reconoce actualmente, como precursora en la lucha por los derechos de la mujer en El Salvador, y el museo es un referente para investigadores quienes se nutren del Archivo Histórico sobre estos temas. En 2024, luego de tres años de acompañar a Fidel Flores, de San Antonio del Monte, en Sonsonate, el MUPI ha publicado el libro de vida “Memorias del Tata Fidel”, visibilizando la historia, según Carlos Henríquez Consalvi “En un rincón perdido de El Salvador, en 1950, nació un ser que encarna la esencia misma de la naturaleza: Fidel Flores Hernández. Desde las raíces de su ancestral linaje, este hijo de la tierra lleva consigo el legado de su comunidad en el cantón San Ramón, remanso de resistencia ubicado en las proximidades de Sonsonate. Fidel es la voz que trae consigo la memoria viva de un pueblo que ha desafiado la adversidad y la amenaza de su extinción. En su relato, nos sumerge en una lucha incansable por preservar la identidad cultural de su comunidad”.
El Tata fidel, quien recoge la cosmovisión de su comunidad indígena, y sus esfuerzos por rescatar las raíces originarias, en cuyo emprendimiento se define: “Yo soy fuego, soy aire, soy agua y soy tierra”.
Textos: Tania Primavera Preza/Comunicaciones MUPI.